miércoles, 17 de diciembre de 2008

El círculo naranja que repasas


Qué cerca estás de las naranjas,
qué cercana tu mano de pájaro que no se desliza,
se aferra sola, tan cerca.

Qué brillo hay en tus ojos,
directos, peces de la luz;
el adulto que has abandonado
para convertirte en árbol me da sombra,
no dice nada,
sólo sombras ha de darle
a las naranjas que reposan en tu cuello casi.

Después la rama que sostiene tu estructura,
parece indicarte los encuentros,
parece entablar arrimos,
llevar el ritmo,
completar el ciclo que no es calle,
ni agua misma;
es el círculo naranja que repasas,
el tronco guarecido de mi rabia,
la infinita pubertad de mi sarcasmo,
tu frente humana que suplica beso,
rama, jugo desprendido de una cáscara partida.

Qué cerca estás de las naranjas, tanto;
el tronco agazapado y vivo,
no completando el paisaje,
memorizando sólo,
rozando con su piel los poros,
besando la membrana enamorada, rodeándole.

El brazo de tu abrazo a media luna,
lánguido y perfecto,
parece enardecer rumbo a la hectárea que me siembra,
parece que escarbara para dar con la semilla,
dedos apurados, despertando los atajos;
uñas amarillas de trepar por la naranja,
abriendo todo al paso,
llegando hasta el albedo.

Qué cerca estás, humano mío,
que cerca tu pelo del codo,
tu boca clareando en la tela,
tu oído tallando la pulpa,
mirando de cerca la piel.

Qué cerca estas de las naranjas;
!extiende la mano, salta!,
regodea tu sudor en mi amasijo,
que ha de volverse tu agua y la mía,
extracto, líquido y salsa de hojas,
de selva y de fe.

Qué cerca, qué cerca ¡dios! de las naranjas…

8 comentarios:

CadávEr Muerto dijo...

"...infinita pubertad de mi sarcasmo". Y así es el sarcamo, puberto hasta la muerte.
Hola.

Fidelia dijo...

¿Y si me muero? Dijo el cadáver muerto. Jajaja, muy bueno. Hola. Ya te chequé.

Pablo Aldaco dijo...

Si te mueres, vives en otro lado

Pregunto a tu consideración

Fidelia dijo...

Eso piensan unos, otros no, Pero sí, la muerte es sólo una transición, sin decir esto como una verdad absoluta, estas no existen.

Blas Barajas, escritor dijo...

también quisiera ser poeta, pero un poeta como los sos vos señora mia. ¡ay naranjas! besos

Elisa Monsalvo dijo...

Cuando lo leo, dentro de mi nace una especie de desesperacion, que conforme sigo leyendo no se termina, sino que me descompone los nervios por alcanzar las malditas naranjas!

todo bien fide!

ahora tu visita el mio no gacha?

besitos

víctorhugo dijo...

que diría tin tan: ¡hay naranjas!
saludosabrazos

(la palabra de verificación tiene nombre de veterano cantaor español)

Elizabeth Sobarzo dijo...

Que onda mi Fide, salud desde la ensenada caprichosa... espero tu direccion a mi mail, para enviarte una postal tipo doñita de los 60s

abrazos muchos