jueves, 10 de junio de 2010

Mago

No he cruzado palabra con ser humano alguno en todo el día, no de viva voz. He estado callada, escribiendo y riendo de vez en cuando. Sola. Qué descanso. Sólo el Mago me dijo cosas, cruzamos palabras por medio de los ojos. Él decía, yo leía. Yo dije tonterías, él leyó las tonterías y leí su risa: fresca, inteligente cada letra. En silencio los dos, imaginándonos.