domingo, 30 de noviembre de 2008

Héctor

Te he soñado. He despertado oliéndote. Te vi con tu suéter azul y vi tu olor. Se me pegaba a la nariz y te abrazaba. Te abrazaba. Desperté llorando y con esa soledad que da el dolor amargo, el no compartido. Por eso me he puesto a buscarte. Hace tiempo que no veo tu cara sin tener que recordarla. Te busqué Héctor, y sólo está tu nombre después de un "Centro Cultural". A eso te llevaron, en eso te dejaron, hasta ahí llegaste. No está tu forma, tu palabra; habrá que remendarte, inventarte, colocarle brazos a tanto nombre, una barriga, los dientes, claro; darle tiempo a tu mirada, que sea siempre exacto. Héctor Chavez Fontes, te extraño de verdad, no sabes cuánto.

2 comentarios:

Poetandariego dijo...

Aliento nostálgico. Busca el ave en su vuelo.

Fidelia dijo...

Sí, una nunca se compone de la muerte. Besos.